domingo, 18 de marzo de 2012

MUÑECA DE TITANIO

Siento un leve dolor en mi muñeca derecha. Que extraño, ya que desde el día en que me la fracture y me tuvieron que operar, no me había ocasionado ninguna molestia. Ya han pasado cuatro años desde aquel incidente en el bar y recuerdo aquella noche como si hubiera sido ayer.

Corría el año 2008. Era una noche de junio y se aproximaba mi cumpleaños. Durante la semana planeamos salir el viernes a festejar. Así, mi hermano Jonathan, mi amigo Félix y yo nos dirigimos hacia el bar La Greca, que se ubica en el centro de Cuautitlán. Allí comenzamos nuestra noche de festejo. Pedimos una botella de vodka y nos unimos al ambiente del lugar. Entre copa y copa la primer botella ya se había terminado y estábamos a la mitad de la segunda. Nos preguntamos si debíamos ir a otro lugar pues el bar comenzaba a vaciarse.

Decidimos ir a un lugar un poco mas hardcore: Un “table dance”. Mi hermano comentó que el se sentía muy mareado y que mejor se regresaba a su casa. Él es casado y por eso  dejamos que se marchara. Solo quedamos Félix y yo. Llegamos al bar Fashion, un lugar que ya conocíamos. Era un establecimiento pequeño que estaba en el primer piso de un edificio, por lo mismo hay que subir escaleras para llegar a la entrada. Ya dentro del negocio nos acomodamos en una mesa y pedimos la tercer botella de la noche.

Fue cuando la vi. Oyuki, una bailarina del lugar, se dirigía hacia el camerino de las mujeres. Al verla, me acerque a ella y le pregunte si ya se marchaba. Me contesto:“Si, mañana hablamos”. De reojo había notado que estaba en una mesa con cuatro tipos y al parecer se iba a ir con ellos. Me sentí muy mal pues ya teníamos meses saliendo juntos, pero pensé: Son cosas de la “chamba”. Regrese a mi mesa pero antes de llegar, los cuatro tipos se pararon y comenzaron a golpearme.

Félix, al notar lo que pasaba, intentó quitarmelos de encima. Sentí un fuerte golpe en la sien. Me habían reventado una botella en la cabeza que me abrió una herida muy escandaloza y, para rematarme, algún tipo me dio una patada en el abdomen que ocasionó que rodara por las escaleras del lugar. Traté de meter las manos para intentar frenar mi caída pero lo único que logré fue fracturarme la mano derecha. Aquí mi memoria se borró y solo recuerdo lo que pasó después de que llegamos al hospital pues había quedado muy malherido.

Ahora tengo una cicatriz y una placa de titanio que me hace recordar aquella noche de junio en la que estaba festejando mi cumpleaños.

domingo, 11 de marzo de 2012

LA DONCELLA EN MÉXICO 2

Dos largos años han pasado desde que Iron Maiden estuvo en México. Ahora regresa con una gira completamente nueva y original pues están presentando su nuevo álbum The Final Frontier. La lista de canciones que tocaran para el concierto, en su mayoría, están compuestas por las que contiene el nuevo disco.

Será un día de celebración, pues este día me han dado los resultados del examen del CENEVAL y he aprobado. No me imagino una  mejor manera de festejar los resultados que con mi banda favorita. Es hora de volver a desempolvar mi chamarra de piel. La sede del concierto será la misma de la vez pasada, el Foro Sol. En esta ocasión solo asistiré con un  amigo pero con eso basta para reventarme al ritmo del Heavy Metal. Llegamos al Foro Sol. Todavía es algo temprano pues falta cerca de una hora para que comience el espectáculo y ahora no hay una banda que abra el concierto.

Por fin se han encendido las luces del escenario. Espero que ya esté por salir la banda. Comienza la música. La primer canción es Satelite 15... The Final Frontier que tiene un intro de cerca de cinco minutos. Ya han pasado varias canciones y aun no he escuchado alguna de mis favoritas. Por fin una buena rola, Dance of Death. No puede ser, se han reventado algunas bocinas y ahora el sonido es muy pobre. Apenas si se puede escuchar una de mis favoritas The Evil Than Men Do, pues la silbadera de los fanáticos es más fuerte que el audio del concierto.

 Hasta ahora lo que más me ha impresionado son las pantallas gigantes pues tienen una altísima definición. Ya han arreglado la falla técnica. En buen momento porque es la hora de The Trooper. El concierto esta por terminar, y no me he reventado como yo pensé que lo haría. Entre fallas de sonido y un “track listque me fue poco convincente, ha concluido el espectáculo. 

Hora de volver a casa pues ya es algo tarde y siempre en espectáculos multitudinarios en el Foro Sol las autoridades cierran el metro mas cercano. Hay que caminar hasta la siguiente estación  que no está nada cerca.
 

domingo, 4 de marzo de 2012

COSAS QUE PASAN

Martes 28 de febrero:


Este día se me ha hecho muy largo y por alguna razón me siento muy cansado. Creo que mejor me regresaré a casa por el tren suburbano. Será más rápido y caminaré menos. Antes de llegar a mi hogar pasaré primero a casa de mi hermana a comer. Voy saliendo de la escuela y veo que se me ha pasado el camión RTP. Para mi mala suerte esos camiones son  los únicos que cubren la ruta directa UAM-Tren Suburbano y pasan en intervalos de mas de 20 minutos.

Tendré que pensar en otra ruta para llegar más rápido a mi destino. Así, me subo a un micro que me lleva al metro Azcapotzalco y me bajo en la siguiente estación, que es Ferrería, y de ahí camino al tren. Me encuentro subiendo las escaleras de la estación Fortuna y escucho que el convoy acaba de pasar. Otros 15 minutos mas de espera para el próximo tren. La vías comienzan a vibrar, eso indica que se acerca el vehículo. Como es ya una costumbre llega bastante lleno y entre empujones y jaloneos me intento acomodar en un lugar del trenPor fin eh llegado a la estación donde me bajo, Cuautitlan, que es también la terminal. Una vez que estoy en el paradero veo el micro que me deja enfrente de la casa de mi hermana y pienso si sera buena idea abordarlo. Recuerdo que es martes y es día de tianguis. Definitivamente llegare antes caminando, ya que en este día hay un caos vial ocasionado por el mercado sobre ruedas.

Durante el camino me encuentro de frente con una moto que trae a dos personas a bordo. Frenan bruscamente y me apuntan con un arma. Me amenazan con disparar si no les entrego todo lo que traigo. No me hago el héroe y entrego mi mochila y un Ipad que traía en las manos. Los asaltantes revisan mi mochila y me la devuelven , pues solo trae cuadernos y libros. Se marchan con mi preciada tableta con un valor de diez mil pesos aproximadamente. Un minuto después pasa una patrulla y les hago saber del robo. Buscamos por todos los alrededores, pero fue inútil. Los ladrones ya se han esfumado. 

Comienzo a pensar que hubiese pasado si hubiera alcanzado el camión RTP fuera de la escuela, o el tren de fortuna, o si tan solo me hubiese subido al micro en Cuautitlan. Pero en fin. Son cosas que pasan.