lunes, 27 de febrero de 2012

Y NO VOLVIÓ

Hoy se cumple una semana del día en que se fue. Adriana, una amiga de casi toda mi vida, se a marchado y parece que no volverá más. Siempre pensé que ella era de las ultimas personas con quien podría tener una relación sentimental, ya que tiene dos hijos pequeños y físicamente me atrae muy poco. Desde que eramos pequeños mi familia bromeaba diciendome que ella iba a ser mi mujer y que terminariamos juntos algún día. Incluso cuando tuvo a su primer hijo continuaban con sus burlas. Haciéndole creer al niño que yo era su padre.

Hace unos meses se mudo a casa de mi hermana, debido a que su marido la golpeaba. Se encargaba del haceo de la casa  y de cuidar a mi sobrino de un año de edad. Yo visito a mi hermana a diario pues me queda de paso cuando regreso de la escuela y aprovecho para comer allí. Por lo mismo veía diario a Adriana y poco a poco comenzamos a recuparar la confianza que nos teníamos cuando eramos pequeños. Bromeábamos con esa supuesta relación que debíamos tener que nos decían mis familiares.  Las bromas verbales se convirtieron en juegos de manos y a su ves estas se transformaron en caricias. Hasta que inevitablemente terminamos pasando la noche juntos. Después de este acontecimiento inventaba cualquier pretexto para quedarme en casa de mi hermana.

Ella me dijo que se encariñaba muy rápido, pero enseguida la interrumpí diciéndole que no era posible tener algo más de lo que ya teníamos. Dejé muy en claro que lo nuestro solo podía ser por placer. Así estuvimos casi un mes. Dormíamos juntos cuatro días a la semana. Su marido le marcaba constantemente a su celular pero ella aseguraba que no volvería con él. Yo no tendría ningún inconveniente si ella quisiera regresar, pues, estaba consciente de que no podía y ni quería ofrecerle una relación estable. 

El domingo de la semana pasada le marcó de nuevo. Diciéndole que su mamá, la suegra de Adriana, estaba muy enferma y que quería que llevaran a sus nietos a Orizaba (donde vive la señora) para verlos por última vez (que dramático). Ante esta situación Adriana accedió a ir con el. Así, se marcharon. Pasaron los días y no se comunicaba. Algo raro me pasaba, pues comencé a extrañarla y me entró una gran nostalgia.  Todos los días que llegaba de la escuela tenia la esperanza de que ya estuviera de regreso. No fue así, y mi hermana me dijo que tal ves ya no volvería.

Ahora no puedo evitar sentirme muy triste cada que escucho al maestro Joaquín Sabina cantando Peor para el sol y Con la Frente Marchita . Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

 

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